Para comer tomates a diario no tienes nada más que poner cuatro rodajas en una maceta y esperar.

Seguramente que estés de acuerdo conmigo de que los tomates, las berenjenas, las verduras y las frutas en general, no saben cómo cuando éramos pequeños.

Antes te comías un tomate y tenía un sabor difícil de olvidar, muy natural, lo mismo pasaba con las zanahorias y otros vegetales. Hoy comamos las verduras que comamos no saben a nada, eso sí, tienen un aspecto increíble pero no tienen sabor.

¿A qué se debe esto? Esto es debido al cultivo intensivo.

Un cultivo que busca aumentar la productividad en el menor tiempo posible y con los mínimos recursos. Esto como no, influye directamente en el sabor y la calidad de los productos.

Si queremos comernos una verdura o una fruta con todo el sabor, las opciones que tenemos son: ir a comprar este tipo de alimentos a una persona que sepamos que tiene huerta, comprar a los pequeños proveedores locales o cultivar las hortalizas nosotros mismos.

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La última opción es más fácil de lo que pensamos y como prueba existe un vídeo donde se muestra cómo hacer crecer nuestros propios alimentos sin la necesidad de comprar semillas de tomate.

Sólo hace falta cortar unas rodajas de cualquier tomate que tengas por casa (aunque la recomendable opción es utilizar una variedad de tomate muy sabrosa, como RAF), hundir las rodajas entre la tierra, en una maceta y ver cómo va creciendo.

En unas semanas tendremos nuestra planta del tomate sobresaliendo de la maceta.

De seguro que tu paladar te lo agradecerá enormemente. Además, nuestra maceta con la planta de tomate no requiere cuidados especiales, solo habrá que regarlo diariamente y obtendrás unas tomates listos para hacer tus recetas culinarias.

Para plantar los tomates no requieres de un espacio muy grande, sino que puedes colocar las macetas en cualquier terraza o balcón, sin que le dé la luz directa.