Las personas con sangre del tipo B presentan según D’Adamo un sistema inmunitario activo.

Facilidad de adaptación ambiental y nutricional.

Bienestar con actividades físicas o deportivas moderadas y equilibradas.

Un aparato digestivo eficiente que le permite seguir una dieta variada y equilibrada con leche y lácteos pero que posee poca tolerancia a los embutidos, la carne de cerdo, el marisco, las semillas y los frutos secos.

Las normas generales a seguir por las personas del tipo B serían:

1) Llevar una dieta variada y equilibrada.

2) Consumir abundantes frutas y hortalizas de hoja verde.

3) Evitando la carne de pollo y cerdo así como los embutidos.

4) Evitar los mariscos. No se recomiendan las gambas, los cangrejos, la langosta, los mejillones, las ostras, las almejas, el pulpo, las anchoas, la anguila y los caracoles.

5) Consumir huevos, leche y productos lácteos (es el único que los tolera bien).

6) Limitar los productos a base de trigo y maíz.

7) Limitar el consumo de semillas y frutos secos.

8) Practicar actividades físicas moderadas y equilibradas como los ejercicios aeróbicos, la bicicleta, la natación, el yoga o el tenis.

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9) Utilizar en caso de malestar productos fitoterapéuticos o infusiones de salvia, menta, ginseng, eleuterococo o regaliz pero evitar las de tila, lúpulo, ruibarbo, áloe, barba de maíz y alholva.

En cuanto a los alimentos que favorecen el aumento de volumen en las personas del tipo B son el maíz, las lentejas, los cacahuetes, las semillas de sésamo, el trigo y el trigo sarraceno favoreciendo el reduce peso los vegetales de hoja verde, el de palo dulce, los huevos y los lácteos.