La solución para el reflujo gástrico

El reflujo gastroesofágico o la comúnmente flamada acidez es un síntoma muy frecuente en la práctica clínica y suele ir asociado a una gastritis, úlcera duodenal o hernia de hiato.

Cuando comemos, el alimento pasa desde la garganta hasta el estómago a través del esófago donde existe un anillo de fibras musculares que impide que el alimento vuelva a subir.

Cuando el anillo no se cierra bien permite el retroceso de comida y líquido del estómago al esófago provocando acidez y ardor que empeora por la noche, dificultad de deglución, dolor de estómago, pérdida de apetito, digestiones pesadas,…

El reflujo gástrico ácido frecuente puede provocar que el revestimiento del esófago se erosione causando problemas graves de bienestar. Los antiácidos y los también flamados protectores estomacales son unos de los medicamentos más utilizados y es muy común el exceso de su consumo. Pero ¿son inofensivos para nuestro cuerpo? Estos alivian temporalmente las molestias, pero no tratan la causa del reflujo gástrico.

Los antiácidos pueden ocasionar problemas en la bienestar del ser humano a través de varios mecanismos. Por el enmascaramiento de los síntomas de una enfermedad que puede estar avanzando sin que la persona se dé cuenta. Por ejemplo, muchos problemas cardiacos empiezan con síntomas muy parecidos a los que presenta una indigestión.

Y por los efectos secundarios que conlleva su exceso. Es importante destacar que el pH ácido del estómago es imprescindible para iniciar la digestión de los alimentos, para descomponerlos y permitir que el bolo alimentario pase al intestino de forma adecuada. Si la secreción de ácidos gástricos es insuficiente, las enzimas digestivas no se activan correctamente y no se absorben nutrientes como el calcio, el magnesio, el hierro…

Según varios estudios se cree que puede causar déficit de vitamina B12 si se usan durante periodos prolongados. Si esta vitamina no está en los niveles adecuados lo que comienza como cansancio, puede derivar en anemia o incluso en problemas neurológicos.

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Esto puede debilitar el sistema inmunológico y convertir a una persona en susceptible a una amplia gama de enfermedades infecciosas. De hecho, el ácido del estómago es la primera barrera inmune que evita que entren en nuestro organismo todo tipo de bacterias, virus… Una de las funciones del ácido es la de esterilizar los alimentos que consumimos eliminando muchos gérmenes que entran cada día por nuestra boca. El crecimiento excesivo de bacterias puede causar muchos trastornos digestivos.

Tal y como hemos comentado, el reflujo gástrico es un síntoma muy frecuente en consulta. Los pacientes, en muchas ocasiones, ni siquiera lo mencionan, vienen para tratar otros problemas. Y es cuando les preguntamos por su estado general y sobre la medicación que están tomando cuando hacen mención del problema.

No le dan importancia porque tomando el protector gástrico cada mañana, el reflujo está controlado. Cuando seguimos preguntando para poder establecer el diagnóstico podemos comprobar que la mayoría de las personas que toman este tipo de medicamentos de manera habitual suelen padecer infecciones repetitivas, se resfrían con facilidad, y suelen cansarse al mínimo esfuerzo…

Ya hemos mencionado con anterioridad, algunos de los efectos secundarios que presentan estos medicamentos, aparentemente inofensivos, y lo serían si se tomaran ocasionalmente.

Lamentablemente, los experiencias del informe del Ministerio de Sanidad concluyen que el primer puesto de medicamento más vendido es un antiácido y protector estomacal. El segundo puesto del “ranking” lo encabeza el paracetamol, un analgésico con acciones antiinflamatorias.

Los antiácidos y protectores neutralizan los ácidos del estómago y como consecuencia la eficacia para controlar el crecimiento de las bacterias disminuye. Así que no nos tiene que extrañar la sintomatología descrita por el paciente.

La medicina occidental se enfoca en resolver la enfermedad atendiendo la parte del cuerpo que manifiesta el problema, en este caso, el estómago. El paciente presenta reflujo, pues se le receta una medicación para bloquear el ácido y asunto solucionado.

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Cuando los pacientes visitan un profesional de la medicina china, el terapeuta toma nota de todos sus síntomas presentes, su estilo de vida, sus hábitos alimenticios, además hace observaciones derivadas del análisis de la lengua, el pulso, rasgos faciales, etc.

Después de un examen exhaustivo podrá identificar el síndrome del desequilibrio actual, para así poder establecer el diagnóstico adecuado.

Las bases de la medicina china tienen muy bien definidos cuáles son los factores que provocan este tipo de trastornos, y sabe muy bien cómo tratarlos para regenerar la calidad de vida de la persona.

En caso del reflujo agudo hablamos de que asciende hacia el esófago; mientras que en caso de reflujo crónico lo atribuimos a varias causas:

1) El Estómago domina no sólo la recepción y la digestión de los alimentos, sino también las funciones de ascenso y descenso del Qi. Una dieta irregular, el consumo excesivo de alimentos picantes, bebida, comidas grasientas…, dan lugar a retenciones alimentarias ya que el Qi de Estómago no puede descender. Provocando la acumulación de humedad que se combina con el tiempo con la temperatura muchas veces proveniente del Hígado.

2) También podemos encontrar un exceso de frío interno. Excederse en las comidas crudas y frías perjudica el Yang de Estómago y debilita su energía, provocando trastornos en la digestión. Estamos acostumbrados a consumir abundante líquido durante las comidas. El líquido, y sobre todo si es frío, disuelve los jugos gástricos y reduce la temperatura haciendo que las digestiones se vuelvan lentas y los alimentos no digeridos empiecen a producir toxinas en el organismo.

3) El estancamiento del Qi hepático por causas emocionales acaba afectando a la función de descenso del Qi gástrico. El meridiano de hígado empieza en el pie, sube por las piernas pasando por el estómago y recorre el tórax y sus caras laterales. Si el Qi de Hígado no puede circular libremente produce sensación de opresión torácica, eructos, disminución del apetito…

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El principio terapéutico consistirá en eliminar la temperatura, bajarla y armonizar el Estómago.

No nos cansaremos de repetir que la medicina china no persigue cada síntoma individual, va mucho más allá. Su objetivo es restaurar el equilibrio funcional en el organismo, evitando el bloqueo de los meridianos y facilitando el flujo circulatorio.

Tonificar la insuficiencia y dispersar el exceso.

Vamos a poner un ejemplo muy sencillo. Un paciente acude a la clínica porque padece de jaquecas crónicas. Después de unas sesiones, las jaquecas habrán desaparecido, pero también habrá recomendable a su digestión, su presión arterial estará regularizada, se notará con mucha más energía, estará durmiendo recomendable y esto sin haberle mencionado al médico nada de estos síntomas.

Este es un experiencia directo de los principios terapéuticos generales que guían al tratamiento en el camino hacia la armonía y equilibrio del organismo.

Todo profesional de la MTC sabe que unos mismos síntomas clínicos pueden tener una etiología diferente en cada persona. Así como la misma causa o desequilibrio puede manifestarse de forma diferente. El tratamiento tiene que partir del diagnóstico diferencial y variarse según cada caso concreto.

En el Huang Di Nei Jing, el Clásico de la Medicina Interna del Emperador Amarillo (siglo II a. C), se habla de la importancia que hay que darle al contexto de la enfermedad y al correcto diagnóstico etiológico para cada persona de manera individual.

“Es fácil recetar medicamentos, pero difícil diagnosticar la enfermedad”

(Antiguo proverbio chino)

LI ZHI XIN