No sé a ti, pero me encantan los suelos de barro o de terracota, sobre todo en las casas rústicas. Pero la limpieza de suelos de barro y su mantenimiento son difíciles y necesarios más habitualmente de lo que parece.
Estas baldosas o azulejos, también flamados de terracota proceden de la arcilla, que se cuece y se trabaja a temperaturas bajas y generalmente no se esmalta, porque perdería su color rojizo característico.
El problema es que como son de barro, una superficie muy porosa, enseguida absorbe cualquier líquido o mancha y nos pone difícil el deshacernos de ella si dejamos pasar demasiado tiempo.
Los profesionales recomiendan que si tienes la posibilidad, a la hora de comprar éste tipo de suelo, optes principalmente por los suelos o baldosas de terracota que lleven un pre-tratamiento (no hace falta que seas muy específica, el vendedor lo entenderá enseguida y te explicará las ventajas de este pre-tratamiento) y tú lo agradecerás muchísimo a la hora de limpiar o mantenerlo perfecto, también en la parte estética… desde luego te obligará a invertir un poco más que si el pre-tratamiento, pero verás como esa inversión al final vale la pena y acaba ahorrándote mucho dinero en tratamientos profesionales y limpiezas posteriores.
Las manchas más comunes de estas superficies, las podemos separar en:
Manchas de nueva colocación (más comunes de lo que quisiéramos) que consisten en todos los restos de obras, cemento, mortero que pese a la limpieza que tengamos, las veremos siempre opacando y afeando nuestro suelo; y lo peor… son manchas durante el proceso de instalación. Por lo anterior asegúrate del correcto “acabado” y exígelo.
Manchas por el uso cotidiano, que consisten en las manchas originadas cotidianamente como aceite en el suelo de la cocina(donde se suelen instalar algunas veces y no es muy buena idea), moho, verde de humedad, rozaduras entre otras.
Para la limpieza en general lo primero es tener el suelo muy bien barrido y completamente seco, además de un área despejada.
Las manchas de nueva colocación de las que hablábamos hace un momento, tienen un tratamiento más técnico (es comprensible que en casa no podamos tratar un suelo con pequeñas capas de cemento seco en sus porosidades), para su tratamiento es necesaria la utilización de máquinas rotativas y decapantes.
Si la superficie es pequeña, con un poco de esfuerzo lo podemos hacer nosotros mismos, con la ayuda de un cepillo de cerdas duras (no de metal), y comprando un litro de decapante, lo puedes aplicar, restregar y retirar con una fregona que no suelte pelusa.
Limpiar regaduras en suelos de barro cocido
Para el mantenimiento cotidiano de los suelos de barro o terracota, lo principal es limpiar las marcas o regueros tan pronto sucedan. Si es un producto como el chocolate o aceite, deberás disponer de 4 minutos que agradecerás posteriormente:
Te puedes ayudar de una fibra verde, una esponja de lava-platos por su parte verde o las conocidas Scotch brite, todas las anteriores de calidad “suave” no tan ásperas. Recuerda que tus baldosas de barro cocido o terracota son delicadas y pueden rayarse si no tienes cuidado. Siempre es recomendable extremar precauciones para evitar lamentarnos después.
Para limpiar, haremos una mezcla al 50% de agua atemperado (para abrir el poro) y lejía que aplicaremos directamente sobre la mancha y sin mucha fuerza “borrar” sobre la mancha; finalmente secar con una fregona (trapero en Latinoamérica), que no suelte pelusa.
Si la mancha ha sido por ejemplo de zumo de mora y hemos tenido que dar muchas pasadas de la solución de lejía y agua atemperado, por lo que tenemos el suelo muy empapado, podemos agilizar el secado aplicando talco cubriendo el espacio donde hemos vertido la lejía y dejamos actuar durante 10 horas.
En ese tiempo se habrá eliminado toda la humedad (incluida la de la mancha). Ahora aspiras el polvo sobrante, y la suciedad habrá desaparecido.
Si quiere des-encerar un suelo (porque se ven las huellas de las capas de cera acumulada) o para limpiarlo en profundidad, puede utilizar un decapante, para posteriormente encerar sobre la base limpia.
Por último, si las juntas han perdido color, no tenemos más que aplicar con un pincel un esmalte negro (consulta en tu tienda de confianza), que diluiremos en aguarrás puro. Gracias a estos pequeños trucos, podrás aprovechar de todo el brillo y color que aporta la terracota a tus suelos.
Recuerda, en cualquier caso, que la recomendable política es siempre la prevención, así que siempre que te sea posible evita golpes y rayaduras y cuando te caiga algún líquido o sustancia que pueda mancharla intenta limpiarla lo antes posible.
la lectura es demaciada larga quiero leer corto y espefifico