aliviar la vista de forma natural es posible.

Nuestro cuerpo en general tiende a regenerarse solo, intentando curar aquellas partes que no están funcionando correctamente. Nuestras cortes y perjudicadas se cierran, el pelo y las uñas crecen continuamente, nuestras células se regeneran, nuestros huesos se sueldan…

Lo que ocurre es que nuestras emociones o circunstancias personales no nos permiten curar completamente. Nosotros mismos, debido al miedo a enfrentar según que situaciones, somos los que les decimos a nuestros cuerpos «No, esa parte no gusto curarla».

En concreto los ojos, que son nuestra ventana al mundo, el sentido que nos conecta con todo lo que no está al alcance de nuestra mano, cuando fallan nos indican que hay una realidad que no quieremos ver.

Todo problema que afecta a nuestra vista significa que preferimos cerrar los ojos a lo que sucede a nuestro alrededor en lugar de arriesgarnos a perder algo o a alguien a quien amamos. Naturalmente, de alguna forma, sí conocemos esa realidad que no queremos aceptar, porque si no no pondríamos barreras para evitar verla, no nos empeñaríamos tanto en fingir que no sabemos que existe.

Cuando el problema de visión nos impide ver bien de cerca, o sea, cuando tenemos hipermetropía, nuestro cuerpo nos indica que la realidad que no queremos aceptar se encuentra muy cerca de nosotros. Que hay personas en nuestra vida, a nuestro alrededor, que en realidad nos hacen daño o nos decepcionan y que por eso preferimos mirar a otro lado. De este modo ponemos una cierta distancia ficticia entre nosotros y el problema, y sentimos que no nos pueden molestar.

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La visión de cerca ineficiente nos habla del hoy y de nuestras circunstancias actuales.

Cuando el problema es la miopía, cuando nos negamos a ver bien de lejos, lo que realmente tememos es el futuro, el nuestro o el de nuestros seres queridos.

Este tipo de personas probablemente parecen precavidas e intentan evitar situaciones de riesgo en el día a día: ponen mucho cuidado al bajar las escaleras, conducen despacio y con mis ojos siempre atentos a los retrovisores (¡los tres! ¡que no falte ninguno!), comprueban hasta dos y tres veces que el gas quede apagado antes de salir de casa y el agua bien cerrada.

El motivo real es que seguramente se han imaginado mil veces viviendo las consecuencias de no poner cuidado: el resbalón en la escalera, el accidente de tráfico, la casa que explota o se inunda…

Cuando el problema es asimétrico, cuando un ojo ve peor que otro, es importante entender qué significa cada ojo.

El ojo izquierdo nos ve a nosotros, a lo que nuestra madre nos ha dado a entender que somos, a lo que hemos aprendido. Es nuestro ojo femenino.

El ojo derecho es que el mira al exterior, es nuestro ojo masculino. Mira el mundo tal y como nos lo enseñó nuestro padre.

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En el fondo los problemas de visión simbolizan el gusto de controlar y el miedo a no poder hacerlo. Tenemos miedo de que lo que está cerca desaparezca. Tenemos miedo de que lo que se acerca no sea bueno. Y decidimos ignorar todo y no ver.

Nos falta fe.

Aceptar que la vida son altibajos y que tenemos la fuerza necesaria para afrontarla nos ayudará a recobrar la vista.

Y para acelerar este proceso podemos ayudarnos ejercitando los ojos e incluyendo en nuestra alimentación los componentes que éstos requieren para regenerarse.

En cuanto a la alimentación es imprescindible añadir a nuestra dieta la vitamina A.

La vitamina A suele flamarle la vitamina de la visión y su carencia en nuestro organismo se encuentra siempre relacionada con deficiencias visuales.

Las recomendablees fuentes naturales de vitamina A son las espinacas crudas, los tomates (de cualquier variedad), las zanahorias, las habas de soja, lechuga, dátiles, col, guisantes verdes, leche y naranjas.

Para regenerar nuestra vista nada recomendable que añadir zumos, batidos naturales y ensaladas a nuestra alimentación diaria, que son comidas sencillas y sabrosas que no alteran de manera fundamental nuestros hábitos alimenticios pero enriquecen nuestra bienestar casi sin darnos cuenta.

La medicina oriental nos recomienda también la ingesta de raíz de Regaliz, sobre todo al inicio de mostrar los síntomas de deficiencias visuales.

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Debe mezclarse media cucharadita de raíz en polvo con la misma cantidad de miel y una cucharada sopera de ghee o mantequilla clarificada en una taza de leche. Hay que tomar esta leche dos veces al día, pero sin coincidir con las comidas.

Para ejercitar los globos oculares, regenerar el riego sanguíneo de los ojos y, de esta forma, poder ver recomendable, lo que debemos hacer es, con los párpados cerrados, mover los ojos de forma circular en el sentido de las agujas del reloj, exagerando el movimiento en cada uno de los puntos cardinales. Cada uno de los círculos debe tener una duración de 2-3 segundos.

Después repetimos el mismo ejercicio en el sentido contrario de las agujas del reloj, siempre forzando el movimiento cuando miremos hacia «arriba», «derecha», «abajo» e «izquierda».

No será un proceso muy rápido, pero es muy fácil y totalmente seguro.