Con el frío llegan la gripe y el catarro, como siempre. Los mocos, la nariz tapada, el dolor de garganta… Además de todos los remedios naturales de los que ya te hemos hablado para combatir estos síntomas te traemos hoy una cataplasma de verbena para el catarro. Verás cómo enseguida te desharás de los síntomas.
La mayoría de los catarros están provocados por los rinovirus, que se encuentran en las gotitas invisibles que hay en el aire que respiras o en las cosas que tocas. Más de 100 rinovirus diferentes (el nombre proviene del término griego «rhinos» que significa «nariz») pueden entrar en la capa protectora que recubre el interior de la nariz y la garganta. Esto desencadena una reacción del sistema inmunológico que puede provocar dolor de garganta y de cabeza y dificultad para respirar.
Nadie sabe exactamente por qué la gente se acatarra en determinadas épocas. Pero, digan lo que digan, sentarse o dormir expuesto a una corriente, no abrigarse cuando hace mucho frío o salir de casa con el pelo mojado no son causas de que alguien contraiga un catarro.
Los rinovirus pueden permanecer vivos en las gotitas de aire o sobre una superficie hasta tres horas o incluso más tiempo. O sea que, si te tocas la boca o la nariz después de haber tocado a alguien o algo contaminado por alguno de esos virus, probablemente te acatarres (a menos que ya estés inmunizado contra el virus por haberte expuesto a él previamente).
El aire seco -sea interior o exterior- puede reducir la resistencia a las infecciones víricas. También pueden hacerlo las alergias, la falta de sueño, el estrés, no alimentarse adecuadamente o relacionarse con gente que toman humos intoxicantes. Probablemente sus síntomas serán más intensos, durarán más y tendrán más probabilidades de evolucionar a una bronquitis o incluso a una pulmonía.
Si ya estás acatarrado, tendrás más probabilidades de contagiar el catarro a otras personas si no te lavas las manos después de toser y de estornudar. Probablemente ir a tu centro de estudios y hacer vida normal no hará que te encuentres peor. Pero incrementará las probabilidades de que contagies a tus amigos y compañeros de clase.
Los ingredientes que requiererás para hacer esta cataplasma son:
- Verbena officinalis.
- Claras de huevo.
- Aceite (oliva, semillas…).
- Sartén.
- Tela de gasa.
- Tela de algodón (puede ser una camiseta, trozo de sábana, pero es muy importante que sea de algodón).
- Fuente de calor seca (manta eléctrica, saco de semillas…).
Conviene tener todos los ingredientes y materiales necesarios preparados.
Se separan las claras de las yemas des huevo. Pon la verbena en la sartén con un poco de aceite. Pon la verbena (a fuego medio) y añade las claras de huevo cuando la planta esté templada. Evita que se queme o se tueste.
Aparta la sartén del fuego y mezcla la clara y la verbena. Vuelve a calentar hasta que cuaje, removiendo con la espátula para evitar que se queme o se seque demasiado.
Coloca la verbena sobre la gasa.
Extiende la mezcla adoptando la forma de la superficie donde se va a aplicar.
Envuelve la mezcla con la gasa. Primero cubri con un primer pliegue de la gasa. Después sigue cubriendo la cataplasma con el otro pliegue. Una vez plegada toda la gasa sobre la cataplasma, ya esta lista para darle la vuelta.
Dale la vuelta de forma que la parte que vamos a aplicar sobre la piel solo tenga una capa de gasa. Eso permite un mayor contacto de la cataplasma con la piel.
Comprueba la temperatura de la cataplasma poniendo una mano sobre la misma. Es importante que esté temperada pero que no queme. En ese momento se puede aplicar sobre la parte afectada. La camiseta o trozo de tela de algodón doblada, que se encuentra debajo de la cataplasma, va a realizar dos funciones. Sirve para mantener el calor de la misma, y evita que se manche la ropa.
Sobre la camiseta aplicaremos una fuente de calor seca (manta eléctrica, saco de semillas, …) que nos permita mantener la cataplasma temperada durante el tiempo de aplicación.
Aplica la cataplasma de hora y media a tres horas. Se puede mantener durante más tiempo si es necesario.
Se recomienda aplicar una vez al día, durante 7 o 9 días y repetir otra serie en caso necesario. El número de días y su frecuencia variará en función de la alteración de la bienestar que se esté tratando y de la recomendación de su especialista.
Advertencias:
- Prohibido aplicar en personas con alergia al huevo o a la verbena.
- En niños, al tener la piel más sensible, hay que extremar la precaución de no aplicarla muy temperada para evitar irritaciones y/o quemaduras. No exceder de 4 o 5 días seguidos.
- No aplicar sobre perjudicadas.