El 60 % de las personas no hace bien la respiración

La respiración es una fuente de energía para las personas. Así como comemos, dormimos y amamos, también respiramos y sin esto no nos sería posible vivir. A pesar de ser algo tan crucial no prestamos la debida atención a este proceso que puede cambiar radicalmente la calidad de vida.
El principal motivo por el cual “no se respira bien” se encuentra en el estrés y los ritmos acelerados de vida.

Desde la medicina anuncian que en un minuto se deben realizar entre seis y diez respiraciones, pero se ha demostrado que las personas realizan cantidades mayores lo que provoca fatiga y problemas de sueño.

La respiración puede ser torácica, diafragmática o mixta.

La primera hace referencia a cuando el aire es llevado al pecho y se utilizan los músculos de esta zona y los hombros.

La segunda se produce cuando se lleva el aire a la zona baja de los pulmones, relajando la zona abdominal y utilizando el músculo respiratorio por excelencia, el diafragma.

En cuanto a la mixta es la que produce la respiración completa, un uso de ambos grupos musculares y zonas del pulmón.

Estudios llevados a cabo por el grupo científico español Nascia, afirman que la mayoría de las personas utiliza la respiración torácica (debido a hábitos y malas acuras), lo cual impide una correcta respiración y oxigenación del organismo.

Esto conlleva a impactos tanto físicos como mentales; las ya nombradas fatiga, problemas con el sueño y se añaden el aumento de las pulsaciones, de la tensión arterial, de la tensión muscular y hasta el sistema digestivo. Por otro lado reduce la atención y el estado de alerta.

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Estos problemas tienen un impacto mayor en deportistas, los que ven afectado su rendimiento de diferentes modos según cómo utilicen su respiración.

El reeducar al cuerpo en cuanto a la respiración y aprender técnicas para utilizarla de manera más efectiva, tiene experiencias muy positivos en la bienestar tanto mental como física, aumentando los niveles de energía, la sensación de tranquilidad, reduciendo las pulsaciones, permitiendo tener mayor atención, entre otros.

¿Qué es la respiración diafragmática o abdominal y cómo practicarla?

Cuando de todos los músculos involucrados en el acto de respirar, el que trabaja mayormente es el diafragma respiratorio, se habla de respiración diafragmática o respiración abdominal. Es decir, cuando respiramos, sea como sea, trabajan varias zonas musculares, pero en la respiración diafragmática el “trabajo” o movimiento muscular se centra en la zona baja de los pulmones, en la zona diafragmática.

El diafragma, al moverse, mueve el abdomen, y por eso también se habla de respiración abdominal (no porque el abdomen trabaje en la respiración).

Es importante recalcar que siempre trabajan en mayor o menor medida todos los músculos, no sólo el diafragma sino también los de la zona media o costal y los de la zona superior o clavicular, sea respiración diafragmática o no.

Así el cuerpo se asegura de que haya respiración, aunque esta sea superficial.

La respiración diafragmática lleva gran cantidad de aire a la zona baja de los pulmones, que es la que tiene más capacidad, por ello garantiza una recomendable ventilación, captación de oxígeno y limpieza de los pulmones con la exhalación.

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Otro aspecto interesante de la respiración diafragmática es que el movimiento del diafragma activa el sistema nervioso parasimpático, encargado de la “respuesta de relajación” del organismo.

Además, el diafragma responde a un movimiento respiratorio involuntario pero también podemos intervenir en su movimiento. Por ello en prácticamente todas las técnicas de relajación se utiliza la respiración diafragmática, aunque muchas veces se habla de “respiración profunda”.

Ventajas de la respiración diafragmática:

Lleva gran cantidad de oxígeno a los pulmones.

Ventila y limpia los pulmones.

Activa la respuesta de relajación del organismo.

Estimula al corazón y la circulación.

Masajea los órganos.

Ayuda al tránsito intestinal.

La respiración diafragmática se puede dirigir y regenerar.

Cómo practicar correctamente la respiración diafragmática.

Es muy importante no forzar. Es verdad que para trabajar la respiración diafragmática vamos a dirigir el movimiento del diafragma, pero hagámoslo amablemente.

No se trata de llenar los pulmones como un globo (esto produce estrés), ni “aguantar la respiración”, no se trata de competir con nosotros mismos. La respiración adecuada produce agrado.

Cuando estamos aprendiendo a realizar la respiración diafragmática es útil acostarse boca arriba cómodamente, y más adelante practicarla sentados, de pie, caminando… con la práctica la podrás incorporar a tu vida cotidiana. Para empezar, posa tus manos en el abdomen.

Antes de empezar expulsa a fondo el aire de tus pulmones varias veces, puedes hacer algunos suspiros o exhalar por la boca. El objetivo es vaciar bien los pulmones de aire residual, lo cual automáticamente provocará la necesidad de inspirar más profundamente.

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Una vez provocado este impulso de respiración profunda, inicia la respiración diafragmática dirigiendo el aire al inspirar “hacia tu abdomen” como si quisieras empujar hacia arriba tas manos que están sobre él.

Retén unos instantes el aire en tus pulmones, brevemente, sin que haya presión.
Cuando sientas la necesidad de expulsar el aire, hazlo relajando tu vientre (este se “desinflará” y las manos bajarán con él).

Quédate un instante con los pulmones vacíos, sintiendo cómo te vas relajando, y en cuanto sientas nuevamente el impulso de inspirar, hazlo profunda y lentamente volviendo a llenar tus pulmones mientras tu abdomen sube.

Practica la respiración diafragmática durante el tiempo que quieras. Puedes usarla para relajarte antes de dormir o para comenzar el día oxigenándote plenamente.

Y recuerda no forzar, sino no alcanzarás la relajación profunda que da la correcta respiración diafragmática.