Cuando la ciática te ataca no te queda otra opción que doblegarte, literalmente, al ataque e intentar pasarlo intentando capear el dolor lo mas recomendable posible. Aquí te dejamos unos remedios caseros. Cuida tu ciática y líbrate de sus síntomas cuanto antes.

Patatas:

Cuece cuatro patatas y machácalas hasta conseguir un puré. Extiende el puré sobre un paño amplio y limpio, a modo de emplasto y colócalo sobre la región lumbar. Fíjalo con la ayuda de una camiseta. Mantenlo así hasta que pierda el calor. Repite un par de veces al día.

Baños de ortiga:

Realizar un baño en la zona afectada con una infusión de ortiga preparada con un litro de agua. Esto relaja el nervio ciático y disminuye el dolor.

Tomillo y orégano como desinflamatorio:

Al igual que la ortiga verde, en forma de infusiones son excelentes remedios caseros para la ciática por sus propiedades desinflamatorias. Coloca una cucharada de tomillo, otra de orégano y una tercera de ortiga en un litro de agua. Deja hervir por el lapso de quince minutos, luego deja reposar unos cinco minutos y cuela toda la preparación. Bebe un vaso dos veces al día.

Infusión de hierbas contra el dolor de ciática:

Vierte una taza de agua hirviendo sobre unos gramos en partes iguales de recomendableana, anís, menta y romero. Deja reposar la preparación durante cinco minutos. Bebe una taza antes de dormir cada día.

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Leche y ajo:

Machaca dos dientes de ajo en media taza de leche y bébelo, por la mañana y por la noche, sin masticar los pedacitos de ajo. Los experiencias se ven en dos semanas.

Col para la ciática:

Coge unas hojas de col y caliéntalas un poco en el horno hasta que cojan bastante temperatura. Aplica las hojas bien atemperados sobre la zona afectada, colocándolas haciendo varias capas sobre la piel. Deja las hojas puestas hasta que pierdan el calor.

Cataplasma de Lúpulo para quitar el dolor:

Hierve la hierba durante diez minutos y luego envuelve la hierba en un tul o gasa. Aplica sobre el área lo más atemperado que lo puedas resistir y cubre con un paño de lana para que conserve por más tiempo el calor. Guarda el agua de esta preparación para humedecer de nuevo la hierba cuando ésta se enfríe.

Zumo de patatas y de apio:

Prepara con una licuadora un vaso grande con una mezcla de patata y apio para tomarlo diariamente.

Cebolla:

Corta una cebolla por la mitad y con la parte interna de una de las mitades masajea con suaves movimientos circulares la zona afectada durante unos diez minutos. Repite después de algunas horas hasta que se calme el dolor.

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de apio para el dolor de ciática:

Lava varias ramitas de apio completas, tronco y hojas, y colócalas en una olla con agua hirviendo. Hierve a fuego lento hasta que el agua se ponga verde. Toma dos tazas de este té de apio al día.

Jengibre y aceite:

Masajea la zona con una mezcla de jengibre molido y aceite de sésamo.

Masajes con Aceites:

Masajea el área con movimientos circulares, con aceite de pescado o el aceite de semilla de linaza.

Mostaza:

Haz una cataplasma con harina de mostaza y aplícala sobre la zona afectada. Este preparado  producirá un enrojecimiento de la zona con el consiguiente aumento de calor. No la mantengas en el sitio durante más de veinte minutos.

Valeriana para relajar y aliviar el dolor:

Toma una infusión de valeriana, pasionaria o kava para fomentar la relajación muscular si la ciática es causada por contracciones musculares que presionan al nervio.

Recomendaciones:

  • Nunca doblar la columna para recoger algún objeto del suelo; es necesario flexionar las rodillas, ya que cuando doblamos la columna, la presión que se ejerce sobre las vértebras es 10 veces su volumen. 
  • Dormir sobre un colchón adecuado para la columna vertebral. Para poder determinarlo, se requiere tumbarse boca arriba y meter la mano entre la columna lumbar (por encima de los glúteos) y el colchón. Si la mano tiene dificultades para ir hacia arriba o hacia abajo, el colchón nos va bien. Si no se puede mover la mano, es blando, y si se mueve con mucha facilidad, es muy duro.
  • No utilizar ropa ceñida o apretada.
  • Sentarse con la espalda recta.
  • Evitar la práctica de ejercicios bruscos o ciertas posiciones y movimientos típicos del yoga.
  • No permanecer sentado en una silla muy dura durante un tiempo prolongado.
  • Acudir a un doctor para que él pueda diagnosticar si se trata efectivamente de ciática o, por el contrario, una claudicación intermitente causada por un flujo sanguíneo arterial deficiente, ya que ésta última presenta un dolor en la parte inferior de la espalda muy parecida a la ciática.
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